Tratamiento vaginismo en málaga
Vaginismo
Se calcula que entre el 7 y el 16% de las mujeres padecen vaginismo. Sin embargo, la obtención de estadísticas fiables sobre esta afección se ve obstaculizada por una variedad de factores, y es muy posible que los números reales sean mucho más elevados.
Con esta afección, la mujer no ejerce control ni desea generar la tensión en la vagina. Es probable que no se dé cuenta de que esa respuesta muscular es en gran medida la causa de la dificultad en la penetración en el acto sexual o del dolor que presenta durante la penetración. La buena noticia es que este problema se puede tratar.
¿Qué es el vaginismo?
El vaginismo es una afección caracterizada por una contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que rodean a la vagina, que se produce en el momento de la penetración en el acto sexual o en el momento de la colocación de un tampón y que produce dolor, escozor o ardor.
Tipos de Vaginismo
Existen dos tipos de vaginismo:
Vaginismo primario Es aquel en que la mujer ha presentado dolor cada vez que ha tenido relaciones sexuales, o que se ha introducido un tampón o cuando nunca ha podido introducir nada en su vagina.
Vaginismo secundario Es aquel en donde la mujer ha tenido relaciones sexuales sin dolor previo a la aparición de la afección, pero luego se torna difícil o imposible tener relaciones sexuales. Es conocido también como vaginismo adquirido.
Causas del Vaginismo
Las causas del vaginismo son distintas en ambos tipos de vaginismo.
Vaginismo primario Se presenta en mujeres que han tenido penetraciones dolorosas toda su vida. Con frecuencia estas mujeres tendrán la primera introducción del tampón dolorosa, exámenes ginecológicos dolorosos, y con frecuencia se les dificulta tener relaciones sexuales.
Los espasmos involuntarios de los músculos del suelo pélvico que rodean a la vagina son la causa de este tipo de vaginismo. La causa que produce esos espasmos musculares involuntarios es desconocida, sin embargo, factores como la ansiedad, la educación sexual estricta, fuertes connotaciones religiosas familiares, el miedo a tener relaciones sexuales por primera vez, la exposición a enfermedades de transmisión sexual y el embarazo han sido asociados al vaginismo primario.
El factor miedo se activa cuando la mujer se da cuenta de manera consciente o inconsciente, de que hay dolor cuando intenta introducir en su vagina un dedo, o un tampón o un pene. Este dolor genera el aumento de la ansiedad y mayor endurecimiento de los músculos, lo que a su vez genera más dolor. En este punto la mujer se introduce en un ciclo de ansiedad y dolor que se alimenta a sí mismo, y hace que cada vez el dolor y el miedo sean mayores con el paso del tiempo si no se frena este círculo.
Vaginismo secundario Se presenta en mujeres que anteriormente tuvieron penetraciones vaginales sin dolor, pero que en algún momento presentan una penetración dolorosa, y a partir de ahí inician los síntomas. Este tipo de vaginismo puede producirse por problemas médicos, hechos traumáticos, problemas de pareja, cirugía, parto o por la menopausia. Por lo general este tipo de vaginismo no tiene el componente miedo en sus inicios, pero con el paso del tiempo el miedo al dolor objetivo experimentado con anterioridad hacen que se refuerce el ciclo de ansiedad descrito en el vaginismo primario.
Como hemos visto el vaginismo tiene una variedad de causas, resultantes de una combinación de factores físicos y emocionales. El misterio de este problema puede resultar frustrante y angustioso tanto para las mujeres como para sus parejas.
¿Es posible confundir el vaginismo con otros síndromes de dolor?
El vaginismo puede ser confundido con la vulvodinia o con la vestibulodinia. Los factores miedo y ansiedad del vaginismo pueden llevar a la mujer a que confundan el miedo a la penetración con el dolor. La historia clínica, y un buen examen médico son importantes para distinguir el vaginismo de la vulvodinia y la vestibulodinia.
¿Cómo se diagnostica el vaginismo?
En Málaga, en nuestra Clínica Pérez-Bryan, el diagnóstico del vaginismo se basa en la historia clínica, los síntomas y los hallazgos durante el examen físico. Los antecedentes y síntomas que cuentan habitualmente las mujeres con vaginismo incluyen penetración difícil o imposible, abstención de sexo por el dolor o por el fracaso, incapacidad de introducir tampones, evitan realizar exámenes ginecológicos, presentan ansiedad y miedo por la penetración vaginal, tienen dolor sexual constante tras un problema pélvico, tras el parto o una cirugía.
El examen físico para diagnosticar esta afección se inicia con un examen pélvico conjunto, es decir, se evalúa la anatomía genital de la mujer con el uso de un espejo. Este examen puede resultar un desafío para algunas de estas mujeres, ya que puede resultarles muy abrumador ver su anatomía. Sin embargo, ver la anatomía junto con la paciente brinda una extraordinaria oportunidad de educación, así como la oportunidad de las pacientes para hacer preguntas.
Luego se realiza la prueba Q-tip para determinar si hay dolor en el área del vestíbulo, y poder descartar vestibulodinia. Después de esta prueba se realiza el examen de los músculos vaginales internos. El ginecólogo/a introduce uno o dos dedos en la vagina para palpar los músculos vaginales internos y sentir su tensión. Este último examen permite determinar la gravedad del vaginismo.
Tratamiento del vaginismo
La finalidad del tratamiento del vaginismo es poner fin a las relaciones sexuales dolorosas.
Este tratamiento tiene dos aspectos fundamentales. Por un lado, el aspecto físico en el que el objetivo será conseguir una dilatación o relajación muscular suficiente sin dolor que permita las relaciones sexuales y el uso de dispositivos vaginales como los tampones. Pero otro de los aspectos fundamentales es el trabajo conjunto en el área emocional, de la mano de un psicólogo/a. Las mujeres con vaginismo tienen consecuencias emocionales que pueden ser de alto impacto en su vida diaria a consecuencia de su dolor, y necesitan ayuda en el manejo de estos miedos y ansiedades, así como un apoyo en el proceso de tratamiento, que en ocasiones puede ser molesto o ir en contra de tabúes que pueda tener la paciente. Es más, en el caso del vaginismo primario especialmente, aprender a controlar el miedo es clave a la hora de tener éxito en el tratamiento, así como tratar el origen de ese miedo. El tratamiento farmacológico para casos más serios de ansiedad puede incluso ser necesario.
El tratamiento físico por lo general consiste en el uso de dilatadores vaginales de tamaño progresivo, que van a relajar y estirar los músculos vaginales. La dilatación lenta, sistemática y progresiva de los músculos vaginales ayudará a conectar el cerebro con estos músculos, lo que permitirá que la mujer tenga un control consciente de los mismos con lo que ya no se producirán los espasmos musculares involuntarios.
Tanto en la introducción de los dilatadores como en las relaciones, se debe utilizar de forma adicional un aumento de la lubricación, sólo mediante el uso de lubricantes en el momento de la penetración, o también utilizando cremas vulvares y vaginales para hidratación o reparación de la atrofia genital en caso de que exista. Este tratamiento suele estar apoyado por un especialista en fisioterapia de suelo pélvico.
El vaginismo es un problema que afecta en gran medida a la calidad de vida de las mujeres que lo padecen y que está infradiagnosticado por miedo o vergüenza de expresar los síntomas padecidos. Si sospechas que puedes tener vaginismo, no dudes en contactar con nosotros, y ten la confianza de expresarte sin miedos, sin tabúes, nadie te va a juzgar. En nuestra Clínica Ginecológica de Málaga haremos todo lo posible por ayudarte.